Los ángeles más de una vez me han mostrados cosas pero he aprendido que aunque las vea con anticipación o se me muestren sin que la persona me lo diga, no significa que deba comentarlas.
Desde niña tengo clariaudiencia y también algo de videncia. Se me han anticipado sucesos con bastante anticipación. Ver las cosas buenas es hermoso pero ver las negativas o dolorosas es complejo y requiere aplicar la virtud de la prudencia más de una vez.
Muchas veces me pregunté ¿Por qué tengo que ver lo malo? Y la respuesta es que la videncia nos permite ver lo bueno y lo malo, la luz y la oscuridad, no se puede seleccionar. El aprendizaje es saber ver con amor, discernimiento y prudencia.
Entender que el alma requiere transitar con libertad su proceso de asimilación es sumamente importante. Antes de hablar, discierne, escucha dentro de tu ser y pregunta si es necesario hablarlo. No siempre la persona está preparada para recibir esa información. A veces cuesta porque sabemos que lo vemos es un proceso duro, pero inevitable y no podemos intervenir en él, solo acompañar.
En mis consultas siempre opté por responder sólo aquello que se me pregunta y se me muestra. Considero que si no se me pide información adicional es porque la persona no tiene la inquietud y no está preparada aún para saberlo.
No comparto cuando algunos videntes naturales se ponen a decir todo lo que ven de la persona, incluso lo cuentan a terceras personas. Respeto porque es propio de cada aprendizaje pero para mí es sumamente importante conectar con el alma de la persona y su proceso de preparación para asimilar aquello que se nos permite ver.
Se puede hacer mucho daño diciendo algo que vemos a quien no está preparado para asimilarlo. Más aun si lo contamos a terceros, generando un karma negativo por meternos donde nos llaman.
Los ángeles nos enseñan a callar cuando debemos callar, a hablar cuando debemos hablar y a ver cuando debemos ver.
En estas fechas me parecía importante compartir algunas notas sobre virtudes que los ángeles nos invitan a desarrollar, pues la Navidad nos invita a un re nacimiento desde el Amor.
Que este tiempo de preparación y mis palabras te ayuden a aplicar la prudencia cuando veas o escuches algo de otro. Recuerda preguntar si desea que se lo compartas. Aplicamos la prudencia en la vida diaria, más allá de la videncia que podamos o no tener.
Bendiciones,
Rosalia López Briega